Para algunos intelectuales la nación, la argentinidad es el resultado de la acción unidireccional del poder, de arriba hacia abajo. Los sujetos sociales sobre los que opera son heterónomos, dóciles y no oponen resistencia. La negación del protagonismo popular está asociada a la negación de “pueblo” como categoría teórica. No sólo se niega la voz, la presencia, la autonomía popular, sino también el nombre y, de esta manera, se desconoce al pueblo como sujeto de la historia. Para nosotros “pueblo” no es sólo una expresión ideológica nativa sino un concepto que da cuenta de una relación realmente existente entre los miembros de un grupo, una forma de constituir la unidad de la comunidad nacional, fundada en singulares modos de relación entre los argentinos, con los adversarios, con el suelo y con el cielo (lo sagrado), con el pasado, el presente y el futuro de la Argentina, una unidad altamente compleja y heterogénea, unidad en la diversidad...