Nuestra universidad renombró su Aula Magna con el nombre de Ana Jaramillo, en reconocimiento a su trayectoria académica, política y de gestión, y a su rol central en la creación y consolidación de la casa de estudios. La decisión fue formalizada mediante una resolución del Consejo Superior, aprobada por unanimidad en su décima reunión del año 2025.
El acto se llevó a cabo en el hall de acceso al Aula Magna, donde el actual rector Daniel Bozzani descubrió la placa con la nueva denominación del espacio, que hasta ahora se llamaba Aula Magna “Bicentenario”, ubicada en el edificio José Hernández.
Un acto cargado de memoria y reconocimiento
Durante la ceremonia, la universidad también recibió en donación la biblioteca personal de Ana Jaramillo, junto a objetos de alto valor simbólico e histórico: su escritorio, el sillón que perteneciera al escritor, historiador, periodista y político Rodolfo Puiggrós (de quien Jaramillo asegura haber sido su “discípula”) y una mesa–escultura, entre otros elementos que pasarán a integrar el patrimonio institucional de la UNLa.
Del acto participaron Tamara Del Castillo, hija de Jaramillo, y sus sobrinos, quienes acompañaron el reconocimiento impulsado por la universidad a quien condujo la institución desde su fundación en 1996 hasta 2023.
Una figura clave del sistema universitario nacional
La resolución del Consejo Superior destaca que Ana Jaramillo fue la primera mujer del país en ser electa como máxima autoridad de una universidad nacional, además de subrayar su sólida formación académica y su extensa trayectoria como docente, investigadora y gestora universitaria.
El texto remarca que su conducción le imprimió a la UNLa una impronta singular, consolidándola como una universidad urbana, comprometida con los problemas de la comunidad y con una fuerte vocación de inclusión social. En ese marco, se señala su impulso a iniciativas innovadoras, como la incorporación de representantes sociales comunitarios al Consejo Superior con voz y voto, y la firma de convenios con instituciones del territorio.
Universidad, comunidad y justicia social
Entre los aspectos más destacados de su legado, la resolución menciona programas emblemáticos como “Los derechos de los niños no se toman vacaciones”, una política sostenida desde la fundación de la universidad que permitió acercar la UNLa a sectores históricamente postergados y promover la movilidad social ascendente mediante el acceso a la educación pública.
Asimismo, se subraya su compromiso con la defensa de la educación pública, los derechos humanos, la actividad gremial, la justicia social y el pensamiento nacional, valores que atravesaron tanto su producción intelectual —expresada en numerosos libros de reconocimiento internacional— como su participación en organismos académicos y espacios de consulta a nivel global.
Un reconocimiento con respaldo unánime
La decisión de renombrar el Aula Magna fue adoptada por el Consejo Superior en uso de sus atribuciones estatutarias y con respaldo unánime de todos sus integrantes, consolidando un reconocimiento institucional a una figura central en la historia de la UNLa y del sistema universitario argentino.












