Universidad Nacional de Lanús - Clipping de Prensa

Los esquemas institucionales de regulación en China, agencias, son muchas y no son ni actúan en forma homogénea. Sin embargo, hay un patrón que se aprecia cuando actúan, asociado a que las autoridades regulatorias pueden ser muy laxas en un momento del proceso de control en el desarrollo de un sector, si se quiere indulgentes, especialmente cuando el producto y/o servicio cuenta con el apoyo político y económico del gobierno para su crecimiento y despliegue. Luego, con un cambio en la situación particular, estas agencias pueden parecer muy estrictas y severas. Para el caso y durante los primeros días del desarrollo de la tecnología de consumo de China, las agencias se opusieron firmemente a imponer regulaciones estrictas a ese tipo de firmas chinas de tecnología -como Alibaba-, que al intentar instalarse en su mercado enfrentaron muchas quejas de sus competidores, como JD.com. La falta de controles y equilibrios en el sistema regulatorio del sector en sus inicios, le da a las agencias amplia libertad para decidir cómo regular la participación de estas empresas en un sector en donde las normas de funcionamiento, los patrones, digamos, aún no aparecían escritos.

Publicado en Boletín del CEISil

El exponencial crecimiento económico experimentado por la República Popular China en los últimos cuarenta años generó como contraparte importantes externalidades negativas. El elevado y progresivo deterioro ambiental, la creciente desigualdad en la distribución del ingreso, la disparidad en el desarrollo intrarregional y la fuerte brecha de crecimiento y bienestar entre el sector urbano y rural son algunas de las preocupaciones de las que tomó nota la generación del Partido Comunista de China (PCCh) que llegó al gobierno con Xi Jinping.

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En tiempos de incertidumbre en que la búsqueda de refinamiento tecnológico se instala como agenda y horizonte ineludible a nivel global, vale acaso compartir una breve reflexión acerca de qué tipo de desarrollo, no sólo en términos de crecimiento económico y técnico sino también social y humano, se sustenta como proyecto político en y desde China. Asumimos como premisa la indivisibilidad de la cultura respecto del desarrollo, sobre la base de los debates filosóficos y sociológicos iniciados a partir de mediados de los años noventa en torno al reconocimiento de las capacidades y a la implicancia estatal para el logro de la mejora en la calidad de vida y el bienestar humano (Nussbaum, 2012; Sen, 1996, 1999). En los últimos años, en tanto la cultura es concebida como una política de desarrollo en China, el despliegue de los recursos simbólicos que la actualizan y hacen posible ha cobrado significativa relevancia. En este sentido, la cultura no es un atributo homogéneo ni un beneficio opcional para ser agregado a las metas materiales del desarrollo económico. Por el contrario, se trata de un requerimiento fundamental que se ha destacado para apuntalar los desafíos que plantea la extensión del bienestar y de la equidad social en la transformación del socialismo (Lin, 2006, 2015).

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Se encuentra abierta la inscripción para los seminarios gratuitos destinados a personas mayores de 55 años, que se dictan desde el área de Educación Permanente para Adultos (EPA). 

El Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD) y nuestra Universidad dieron inicio a la exhibición de "El Proyecto Tolerancia", una muestra internacional que reúne gráficas de 133 artistas de todo el mundo. Este proyecto itinerante promueve la empatía, el entendimiento social y la inclusión a través de la palabra "tolerancia" escrita en diversos idiomas, buscando reflexionar sobre la importancia de aceptar y celebrar las diferencias para lograr un mundo más pacífico.

El carácter de dependencia de una economía respecto de otra/s se puede apreciar, también, en el hecho que no sea dueña del conocimiento que utiliza para hacer las cosas. Una economía dependiente invierte poco (o no lo hace) en I+D, de allí que no genere inventos, tampoco patentes propias y por eso les resulta difícil y costoso innovar. Ergo, la riqueza de una economía dependiente se va al exterior, en gran parte porque paga por el conocimiento ajeno (activo inmaterial) en forma de patentes, royalties, dividendos y beneficios, especialmente. Digámoslo ahora: China es deficitaria en ese balance, lo sabe, y trabaja e invierte mucho para revertir ese déficit. En cambio EE.UU. tiene un balance fuertemente superavitario. Esos intentos de China por dejar de ser dependiente, constituye el trasfondo de una pelea por la hegemonía en los sectores en los que el conocimiento es el activo más importante. Es un hecho que el ascenso de China plantea una amenaza al liderazgo tecnológico de EE.UU. y aquí no indagaremos sobre la naturaleza de tal ascenso (será un dato), sino que nos concentramos en sus consecuencias.

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